Ida, Pingala y Shushumna

Ya que estamos limpiando los canales y el prana en general, ahora el siguiente paso importante es comenzar a mapear los canales de energía o nadis principales para el proceso de Kundalini.

Nadi en sánscrito significa rio, canal, pulsación, conducto, nervio. Son los canales energéticos por donde circulan todos los tipos de prana. Hay muchos tipos de nadis, así como hay muchos tipos de venas, arterias y capilares. A diferencia de estas, los nadis están abiertos muy poco en la mayoría de las personas, lo mínimo suficiente para cumplir su función energética de ayudar a preservar la vida física, emocional y psicológica.

El punto importante es que los nadis, así como todos los cuerpos sutiles, pueden crecer, desarrollarse y transformarse. Pueden madurar. Esto es precisamente lo que queremos hacer con todas las prácticas de yoga, pranayama, etc.

Los nadis son de distinto grosor, los más gruesos como un pelo de elefante que es como el grosor de un grano pequeño de arena, y los más delgados mucho menos, más pequeños en diámetro que la punta de un alfiler. Imagínate un sistema de miles de pequeñísimos canales que irrigan y transmiten prana.

Entonces, en tantra y en yoga los canales principales son únicamente tres. El principal se llama Shushumna o Shushuma, que en sánscrito significa lleno de gracia o bondadoso, precisamente porque se llena de la gracia de Kundalini y se vive como gran gozo. Está ubicado dentro de nuestra columna vertebral, en el espacio físico que ocupa la médula espinal.

En realidad Shushuma son 4 canales concéntricos uno dentro del otro, y esto corresponde a las 3 y media vueltas de Kundalini.

A veces se le llama el Canal Central, pero esto puede crear confusión porque tenemos otro canal central llamado Uma o Avaduta en sánscrito y Chong Mai en chino y que corre por el eje central del cuerpo de periné a coronilla.

Shushuma nace en el periné y de ahí entra a la columna por el coxis, ascendiendo por toda la médula hasta la base del cráneo, donde entra al cerebro y asciende hasta la coronilla. Tiene dos derivaciones principales, una va de la altura del pubis a la punta de los genitales (clítoris o glande) y la otra a la altura de la glándula pineal hacia el frente al entrecejo.

A los costados de Shushuma se encuentran los dos canales laterales principales, llamados Ida y Pingala. Tradicionalmente se les visualiza Ida a la izquierda y Pingala a la derecha de sushumna, pero en realidad se cruzan en varios puntos.

Nacen igual en el periné y de ahí van subiendo a los lados de shushuma y se cruzan como en zig-zag precisamente en los puntos donde nacen los chakras principales, que obviamente son también los puntos donde tenemos los plexos nerviosos: grandes aglomeraciones de nervios en el eje central.

Los puntos son a la altura del pubis, ombligo, esternón, centro del pecho, garganta y centro del cerebro. Cuando llegan al centro de la cabeza, se curvean hacia arriba y hacia delante y descienden por la nariz, uno en cada narina.

Esto es interesante ya que son dos nadis que no sólo tienen terminación en orificios físicos, sino que tenemos la capacidad de modular el flujo de prana en ellos directamente con la respiración consciente. De ahí que son los dos nadis principales que utilizamos en pranayama.

Tal vez lo más importante es siempre visualizar todos los cuerpos sutiles, no sólo los nadis, como hecho de luz, translúcidos, como hologramas, sutiles, transparentes, brillantes y siempre como en movimiento, cambiantes, pulsantes, vivos.

Si no puedes “ver” los canales en tu mente no pasa nada. Algunas personas funcionan más así y no es mejor o peor que los que podemos visualizar más fácilmente. Si te sucede esto, simplemente ten en tu mente la idea del canal, el concepto, aunque no lo “veas”. Eso es suficiente.

Trata de mapear o identificar los 3 canales en tu cuerpo, en tu mapa corporal. Piensa y siente en Shushuma desde el periné (siente el periné) y ve sintiendo la ruta en tu cuerpo hasta el cerebro y la coronilla para ir creando un mapa interno, propioceptivo se llama, de shushuma. Haz lo mismo con ida y pingala, uno por uno o lo dos a la vez, como prefieras.

De ahí, muévete por los canales, ve trazándolos como su fueras marcándolos con tu dedo pero con tu atención, sube y baja, muévete por ellos, explóralos, conócelos con calma. Hazlo sin prisa, sin preocupación, si te pierdes regresa, tranquilamente. Respira despacio, natural por la nariz suavemente. Relájate y pon la punta de tu lengua en el paladar superior.

Lo que estás haciendo aquí es meditación de los canales o Mindfulness de los Canales. Es una práctica en sí misma y tiene beneficios claros. Vas a ver si lo haces un ratito

• Te vas a calmar
• Te vas a sentir más arraigado
• Más presente.

Comienza por el periné y ve subiendo despacio por los canales, imaginándolos brillantes, abiertos, pulsantes, transparentes.