La gratitud como fundamento

En todo momento y especialmente cuando sintamos que hemos logrado algo espiritualmente, debemos parar y cuestionarnos en lo profundo. Debemos tener claras nuestras expectativas de la espiritualidad, del camino y de nosotros mismos.

Hay que cuestionarnos constantemente, preguntarnos y ser brutalmente honestos con nosotros mismos porque una de las principales trampas del camino espiritual en todas sus etapas es pensar o creer que “ya llegamos”, que “ya alcanzamos un estado xoy”.

En ese momento dejamos de crecer y evolucionar internamente y nos estancamos. Estos procesos de estancamiento pueden durar muchos años si no tenemos cuidado, y esto se los digo por experiencia personal.

Por eso, siempre cuestiónate, todo el tiempo, constantemente pregúntate dónde estás en tu camino, en tu desarrollo personal. Más allá de palabras o narrativas espirituales de lo que piensas o crees que es la espiritualidad.

Al final del día, lo que necesitamos es aclarar qué consideramos el máximo logro espiritual o el máximo potencial de desarrollo interior.

En pocas palabras y de acuerdo a todas las grandes tradiciones espirituales, lo que podemos decir es que lo que más se acerca a expresar eso que somos en esencia, es el Amor.

Una forma brutalmente honesta y muy eficaz de orientarnos es preguntarnos qué tanto amamos.

Así que hoy puedes empezar por cuestionar tu capacidad de amar, de amarte a ti y de amar en todas sus formas.